CON BOLETO EN MANO

Pablo Hernandez
3 min readNov 23, 2023

--

El martes por la noche en el estadio Azteca, con lluvia, con un 2–0 abajo y con un graderío abarrotado, México gestó una pequeña gran hazaña –más desde la supervivencia que desde el heroísmo– que no solo le permite tener el pase directo a la Copa América del próximo año y acceder al final four de la Nations League, sino que también le suma enormemente desde lo anímico a todo el grupo de jugadores y le da oxígeno puro a un cuerpo técnico que, por lo que se lee en la prensa, camina en la cuerda floja cada que termina un partido en cualquier competencia y el tri se ve abajo en el marcador.

Considero atinado describir el encuentro como una pequeña gran hazaña porque, a pesar de que en la ida el equipo catracho fue superior y supo capitalizar esa superioridad convirtiendo dos goles, el equipo mexicano, a sabiendas de la situación, salió a ganar el encuentro desde los primeros minutos. Cierto es que hay cuestiones tácticas (e inclusive algunas técnicas) a corregir, y que tal vez en ese sentido Jaime Lozano deba utilizar métodos parecidos a los que utiliza Bielsa ahora con Uruguay y otrora con Chile y Argentina; a sabiendas de que cuenta con su grupo de jugadores durante lapsos de tiempo muy cortos como para poder impregnar una identidad a través del entrenamiento de su modelo de juego, y más bien enfocándose en mirar el desempeño individual de cada uno y en pensar y analizar cómo corregir esos desempeños con herramientas como los videos, las imágenes y las palabras.

Uno de los retos más feroces a los que un entrenador se enfrenta en un deporte que está bajo la mirada de tantos y que por ello a veces implica y despierta tanta expectativa, mal traducida en presión y obligación, es el de saber comunicar, transmitir bien un mensaje, lo cual me remite una vez más a Marcelo, quien con el tiempo se ha vuelto un, cada vez más, hábil declarante. Perdone que insista en elogiar al técnico argentino, no es, en definitiva, el objetivo de este texto, pero sí que pienso que estando en la élite hay que seguir aprendiendo, y qué mejor que aprender de los que hacen bien las cosas.

Más allá de todo y con el resultado ya en las portadas de los periódicos y en los celulares de los que leen y miran fútbol, pienso que algunos adjetivos que le vienen bien a la forma en la que México fue a buscar el partido pueden ser valiente, incesante y audaz. Pienso que las cualidades que nos van a sacar alguna vez campeones de este deporte en un torneo internacional llámese Copa América, Copa del Mundo, Mundial de Clubes o Copa Libertadores, son el esfuerzo, esa búsqueda y ese ímpetu que hay que tener para, aún cuando el delantero está en una mejor posición para hacer el gol, correr desde atrás e intentar cortar o por lo menos confundir al rival como lo hizo Jorge Sánchez en un par de ocasiones en el partido; la astucia, como la que tuvo Luis Chávez decidiendo tirar al primer poste del portero y así meterla bien pegadita al palo antes de que terminara el primer tiempo paradarnos una buena razón para seguir creyendo.

Elijo creer más en esta narrativa que en las narrativas que aseguran que México ganó con muchísimo sufrimiento, cierto es, como ya mencioné y como los que miraron el partido bien lo saben, que Honduras llegó y pudo marcar, pero México envió 75 centros, hizo 38 tiros (11 a la portería) y tuvo un 73% de posesión en el encuentro. México no sufrió, el mérito de la selección fue no dejar de intentar aunque solo haya podido hacer dos goles. Pienso también que los comentarios que se hacen durante la transmisión deben ser mucho más cuidadosos, especialmente los que ridiculizan de forma exagerada y hasta grosera, ciertas acciones de algunos jugadores, sobre todo pensando en que nosotros, los comunicadores, nunca podremos tomar la decisión que sugerimos o bien nunca podremos hacer mejor la acción técnica que criticamos, simplemente porque nosotros nunca vamos a jugar un partido de 11 contra 11 en la cancha del Azteca con la camiseta de la selección en un partido oficial.

Elijamos creer, y si somos realmente aficionados a este deporte y a la selección, elijamos también alentar y confiar.

Edson Álvarez tras marcar el del empate en el último minuto

--

--

Pablo Hernandez

Director técnico. Músico aficionado. La comunicación lo es todo.